El hombre se dedica a desear en voz alta aquello que jamás se esfuerza en alcanzar.
Noel Clarasó
La política no puede albergarlo todo, pero nada puede estar completamente al margen de ella. Debe ser responsabilidad pública y conciencia individual. Debe ser un bien práctico y no un mal necesario. La política no puede ser espejo de opiniones que juzgan más por las palabras que por los actos, de conjeturas mediáticas basadas en la estridencia, en la intolerancia de opiniones acusadoras, que buscan la nota amarilla mediante el rencor y el reproche de percepciones personales.
Sí la política se convierte en blanco de diagnósticos frívolos y limitados, jamás podrá alcanzar un acuerdo básico sobre las condiciones de estabilidad política. Nuestro país requiere un consenso sistemático y articulado que siembre la legitimidad a base de la adhesión pública en nuestros métodos, en los medios, los procedimientos y la participación ciudadana.
El acuerdo mínimo no sólo debe ser un producto de la política, debe de ser una condición para su existencia. Sin embargo, este acuerdo nacional no puede darse el lujo de excluir, de creer que vale más pactar con las mayorías que acordar con los que también representan a las minorías, porque la representación política no puede retratarse sólo de arriba hacia abajo, mucho menos un escenario que simboliza el hartazgo de una acotada por el miedo, restringida por el crimen e intimidada por las cifras de ejecuciones.
Existe hoy la posibilidad de cambiar el escenario, evitar que nuestra política empiece a convertirse en una obra teatral donde los personajes construyen un ajeno a la realidad, repitiéndolo una y otra vez, creyendo que la retórica y la demagogia siguen siendo símbolos de grandeza.
Nos hemos acostumbrado a que la política mexicana se despliegue escénicamente, según convenga, a sonreír frente al tratándolo de convencer a sabiendas que cada palabra emitida se desvanecerá una vez que el telón se .
Habernos acostumbrado a eso hace que olvidemos el grado de política que cualquier país necesita para desarrollarse eficientemente. La educación política es moderación, es comprensión y formación, es contribución y construcción.
Dejar de incentivar la educación política es entregarle a las próximas generaciones un país herido, lastimado, condenado a la soberbia, que recurre al ruido de la ofensa, y de la injustificada defensa de la vulgaridad política.
Por eso, mientras no comprendamos que la política funciona como método de instrucción y formación de la autoridad, seguiremos siendo frágiles en la constitución de un verdadero estado de . Porque no se trata de solamente de cambiar o adaptar estrategias, se trata de saber quien ejecuta esas estrategias y de qué manera lo hace. Una visión de país no puede tener fecha de caducidad cada 3 o 6 años, una visión de país exitosa depende de procedimientos éticos y no sólo de momentos políticos.
Bienvenidos los pactos y acuerdos coherentes con propuestas para la reconciliación de intereses sociales divergentes. Bienvenido el consenso sin insinuaciones perversas que lesionan instituciones y personas, insinuaciones que carecen de dignidad argumentativa. Bienvenidas las reformas dinámicas que son signos de transformación y no delirios de improvisación.
La política es el resultado de la aceptación de la existencia simultánea de grupos diferentes y, por tanto, de diferentes intereses y tradiciones. Educarnos políticamente sin duda será el primer paso para empezar a escuchar y conciliar, para acercarnos a un sistema político posible y estable.
Desear una política digna y eficiente es posible, lograrlo dependerá de la inteligencia con que respondamos a las exigencias que vulneran la capacidad para actuar objetivamente, dependerá de cambiar las insinuaciones absurdas por deliberaciones sensatas, dependerá de hacer lo que por ley corresponde y no tratar de complacer lo que por imagen conviene, dependerá de desearlo y hacerlo posible desde el pacto y el acto y no desde el intento de cualquier arrebato…
Gracias, padre
*Senadora del Partido Nueva Alianza
arriolamonica@hotmail.com
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